¡Por fin llega el segundo día de descanso de la Vuelta! Oficialmente es un día en el que no se compite y en el que los corredores y equipos tienen libertad de hacer lo que quieran. ¿Estáis seguros de ello? Está claro que lo que nos imaginamos acerca de cómo es la realidad de los ciclistas y lo que es en verdad es bastante diferente.
¿Qué sucede en el día de descanso de una Gran Vuelta?
Los equipos suelen organizar a los corredores para que la rutina de competición no se corte. Realizan una salida en bici para estirar las piernas y que no pierdan el ritmo de carrera y mantener cierto nivel de activación. Que no falten las sesiones de masajes para aliviar dolores, les preparan comidas especiales para recuperar toda la energía posible, o incluso para ganar un poco de peso ya que tras las primeras etapas lo han disminuido.
Además, el día de descanso también es un día de prensa. Los medios se tienen que poner al día con las declaraciones que realizan los corredores, mecánicos o directores de equipo. Aprovechan que tienen un poco más de tiempo para contar posibles objetivos, el estado de los corredores, alguna que otra anécdota…
Los corredores también aprovechan para ver a sus familiares aunque no todo lo que les gustaría ya que en realidad “tiempo para descansar” poco les queda. A todo esto, súmale el viaje en autobús que hacen para llegar al próximo hotel que hayan cogido cerca del lugar de salida del siguiente día. Realmente es un no parar.
¿Por qué a algunos ciclistas les sienta mal?
Los ciclistas de las grandes vueltas se acostumbran a una etapa diaria, en la que de una forma u otra tienen como objetivo acabar. Por lo tanto, entran en un bucle en el que las piernas se acostumbran a ese esfuerzo. Por lo que el día de descanso también tienen que darles ruedo. Además, este día es un día de reflexión. Los corredores le dan vueltas a la cabeza sobre cómo han ido las primeras etapas y cómo plantear las siguientes. Esto puede llevar a una pérdida de concentración, y como todo ciclista sabe, la mente tiene que estar al 100% para que el rendimiento sea máximo. El un día como hoy es crucial para hacer un análisis real de la situación de cada uno y su rendimiento dentro de la Vuelta. Cuando se sufre un contratiempo, una caída, unas expectativas no cumplidas debido a la causa que sea (un mal día a nivel estomacal, etc), es muy habitual dejarse llevar por las emociones y que éstas nos jueguen una mala pasada. Como ya hemos hablado en anteriores artículos, las emociones nos avisan de las cosas que nos ocurren y son útiles para nuestra supervivencia. Son lo más primitivo y lo más instintivo que tenemos. Pero somos seres pensantes como capacidad de analizar racionalmente cada situación que nos ocurre, y el saber interpretar aquello que nos pasa correctamente depende de nosotros. Si te quedas anclado en una emoción negativa es muy probable que entres en un bucle de pensamientos negativos, baja autoconfianza, que lo único que hará será disminuir tu rendimiento.
El día de descanso también puede causar bajas en el pelotón. Los cuerpos de los ciclistas están débiles, con poca grasa en ellos, por lo que es fácil que cojan un resfriado o alguna enfermedad del estilo. Si eso se junta a las condiciones de los ciclistas y al descanso acumulado podría sacar de carrera hasta el mismísimo líder.
Después de este día suele haber sorpresas en la general, por lo que habrá que estar atentos a las próximas etapas a ver qué movimientos realizan los cabezas de equipo.
Una vez retomada la competición tras unos días intensos donde las dos últimas etapas han sido de dureza máxima con las etapas de montaña surge la pregunta, ¿llega la mente a descansar algo en un solo día?
Seguramente hayamos visto imágenes de corredores disfrutando de un día en la piscina, o una comida distendida repleta de risas y bromas. Podemos pensar que este día sirve única y exclusivamente para recuperar fuerzas y aliviar la musculatura. NO. Es un hecho que los principales aspectos psicológicos también necesitan un respiro. Es inviable e insano mantener la concentración sostenida durante largos períodos de tiempo o la tensión psicológica que se produce en carrera.
Este día permite prestar atención a todo tipo de señales ambientales que durante la competición resultarían absolutamente improcedentes. Realizar actividades que permiten distraerse de los estímulos habituales de carrera supone un descanso para nuestra concentración y para nuestro sistema nervioso.
Por ejemplo, leer los medios de comunicación, hablar con familiares, atender a las redes sociales pero esta vez con algo más de tiempo y sin sueño, disfrutar de unos horarios menos estrictos, dedicar un poco más de tiempo a las reuniones con los directores deportivos y hacerlo sin la presión y el cansancio propios de los días de carrera.
Incluso el entrenamientos con tu propio equipo conlleva una menos presencia de ciclistas, por lo que nuestro foco atencional debe centrarse en un número limitado y controlable de estímulos, a diferencia de cuando se rueda en pelotón.
A nivel cognitivo nos permite tomar distancia emocional como comentaba anteriormente, valorar con calma lo que en ocasiones, de un día para otro, no somos capaces de ver o analizar con claridad. Un buen momento para resolver conflictos entre compañeros o con el personal del equipo fruto de las tensiones de carrera.
Un día que nos ofrece también la posibilidad de evaluar la situación en carrera, tanto en función de los propios intereses como en función de los objetivos del equipo.
Las oportunidades perdidas, las decisiones en las que nos precipitamos o en las que fuimos demasiado conservadores. Esto únicamente nos servirá de algo si lo planteamos constructivamente como un aprendizaje del que podamos establecer objetivos de mejora.
En función de las caídas, del tiempo perdido, de la posición en la general, de la situación del equipo, los objetivos deben revisarse y valorar si continúan siendo los adecuados o pueden optimizarse en relación a los recursos de los que se dispone.
Por último, también resulta de suma importancia el aspecto el proceso grupal, es importante poder realizar actividades y dinámicas grupales que potencien la estabilidad y la satisfacción del grupo, la cohesión para la consecución de objetivos y la ejecución de equipo.
Descanso…esa gran palabra ansiada y que todo corredor ha de ser capaz de aprovechar al 100%, no solo para desconectar de lo vivido en la Vuelta durante un día, sino para reconectarse consigo mismo y poder llegar ser su mejor versión en las siguientes etapas que quedan hasta la recta final.
Foto: www.bettiniphoto.net
Solicita una prueba gratuita de 15 días y valora nuestro método.
Quiero mi prueba